Punta Cana, República Dominicana. Este mes la cosa estuvo difícil ya que, a causa de unos kilos de más, me tocó reducir la ingesta de alcohol a los más bajos límites que mi profesión y mi afición me lo permitieron. Tomé poquísimo, pero buenísimo y encontré las bondades de una vida austera y frugal: cuando las opciones son limitadas, se es más selectivo. Mis seis vinos del mes de agosto van dedicados a Julian Trujillo Mosquera, QEPD, quien siempre me regañó por lo poco selectiva que he sido en varias dimensiones de mi vida.
6. 2022 By.Ott, Côtes de Provence, Francia
Esta apelación es la responsable de que hoy en día todas las bodegas -bueno, casi todas- hayan cambiado el tono de sus vinos rosados. Pasaron de las diferentes gamas de fucsia a la piel de cebolla, para parecerse a los vinos de esta región, tan famosos y apetecidos que su tono característico se metió en la mente del consumidor como una inequívoca señal de calidad. Pero, así como a muchos les ha salido bien a otros no tanto y es por eso que si quiere un buen rosado piel de cebolla es mejor que vaya al grano; diríjase a la sección donde estén los rosados del sur de Francia y lleve uno de esos. Domaines Ott es uno de los productores más destacables de la Provence y este, es su vino de entrada. Delicioso y asequible.
5. 2017 Hall Eighteen Seventy-Three, Cabernet Sauvignon, Napa Valley, EEUU
Esta botella me la regaló un coleccionista norteamericano, un día que le dije que a mí no me gustaban para nada los vinos de Napa Valley. Al oír semejante improperio, corrió a su cava y me sacó este Hall, argumentando que lo tenía que probar ya que era de esos cabernets de la Napa de antes (antes de haberse “Parkerizado” y antes de producir vinos que más bien parecen mermeladas). Lo catamos y efectivamente resultó ser un tinto poderoso pero muy amable, más seco que goloso y con una acidez perfectamente balanceada que obró maravillas con la grasa de un corte marmoleado que tiramos a la parrilla. Creo que ese día me reconcilié un poco con los vinos de California.
4. La Flor Malbec Rosé, Mendoza, Argentina
Esta belleza apareció en un supermercado gringo. Me mandaron la foto para preguntarme si lo llevaban al paseo al que íbamos y cuando vi que era rosado, argentino y del 2023, dije sin pensarlo dos veces: ¡échelo! El momento le llegó después de una montada en bicicleta muy interesante de la cual llegamos aniquilados pero felices. Tan felices que decidimos brindar en vez de estirar o hidratarnos. Nos lo tomamos en cuestión de minutos y yo pensé: ¡Uf, qué vinito más rico! Pues resulta que es nada más ni nada menos que el rosado que desarrollaron los herederos de Pulenta, cuarta generación, una de las bodegas más destacables de Mendoza que siempre se ha caracterizado por hacer vinos de gran calidad. Con razón.
3. Buelan Compañía de Sacas Las Canciones #2, Oloroso, DO Jerez, España
Esta maravilla me la ofreció el sommelier del restaurante Los Félix en Miami, Florida. Por temas de licencia ellos no venden destilados y su carta de coctelería es toda a base de vinos y sake. Este oloroso hacía parte de un coctel y yo no puede evitar preguntar que si lo vendían también por copa. Para mi fortuna la respuesta fue que sí por lo que no puede evitar pedirme más de una para maridar mi cena. Y es que eso es lo bueno que tiene el Jerez, que va bien con todo. Muy recomendado este proyecto de vinos, Buelan de Sacas, que selecciona botas especialísimas de diferentes productores en la región de Jerez y los vende bajo su propia marca. Una manera muy bella de darle visibilidad y alcance a los pequeños productores de la región.
2. 2022 Atalier a cruz das ánimas, DO Rías Baixas, España
Yo me confieso una enamorada perdida de Raúl Perez. Yo no sé si ya se volvió “mainstream” o si le vendió el alma al diablo como muchos andan diciendo por ahí. Solo sé que hace unos vinos que me encantan por ser dóciles y elegantes y porque encuentro en cada etiqueta una versatilidad que me permite jugar con un sinfín de alternativas con respecto al maridaje. No sé si lo sepan, pero este es el sueño dorado de cualquier sommelier. Atalier es fresco y fácil de beber, distando mucho de otros albariños que ofrecen la misma propuesta de valor pero que al final lo dejan a uno con una señora acidez. No es barato y por lo mismo, es una gran elección.
1. 2013 Louis Latour, Puligny-Montrachet, Borgoña, Francia
Esta joya divina me la encontré en las bodegas de un distribuidor de vinos. Había unas pocas botellas olvidadas en una esquina y me dieron a mí la fabulosa tarea de catar una para ver qué tal estaba el lote. Le di un 10/10 y le dije al dueño que se las llevara ese mismo día para su casa y se las bebiera a solas con su hermosa mujer. Puligny -Montrachet es una apelación de vinos blancos de la cepa chardonnay con una superficie plantada de tan solo una hectárea. Sus vinos son profundos y concentrados; son de esos blancos que van mejor con carnes blancas de la tierra y preparaciones a base de crema. Ojo, no se debe servir tan frio, apenas unos 13 grados centígrados es todo lo que necesita esta belleza para entregar absolutamente todo lo que tiene.
Comments