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La Gran Cata


Espacios La Gran Cata

Santo Domingo, República Dominicana. Cada año, inaugurando la temporada de fin de año, el importador de vinos líder en República Dominicana, El Catador, propiedad de la familia Bonarelli, organiza La Gran Cata. Un evento que gira en torno a vinos de alta categoría, todo importados y distribuidos por ellos en este país. El evento, que puede ser una de las ferias de vino, dirigidas a consumidores, más importante de Latinoamérica, reúne marcas como Billecart Salmon, Marqués de Murrieta, Alma Carrovejas, Opus One o Casa Nova di Neri, cuyo Brunello di Montalcino de 2015 obtuvo 100 puntos en la guía de James Suckling.


Barón de Chirel

En la Gran Cata, que este pasado 25 de octubre celebró su 14ª edición, solo se descorchan las grandes etiquetas de cada bodega participante. Por ejemplo, en la mesa de Marqués de Riscal, una de esas bodegas españolas que llevo en el corazón, estaban sirviendo Barón de Chirel, su vino más especial, escaso y costoso. Por su parte, en la de Marqués de Murrieta estaba en persona Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, Conde de Creixell y director de la Bodega, sirviendo Dalmau y Castillo Ygay, considerado el mejor vino de mundo de acuerdo con la publicación Wine Spectator.


Al evento asisten principalmente clientes finales aficionados al vino y a la buena mesa, quienes pagan una estrada de US$300 que da acceso a catar todos los vinos que estén descorchados esa noche. Además, se puede degustar una gran variedad de tapas y “finger food”, que sirven en abundancia durante toda la noche, en bellísimas estaciones decoradas con flores y velas, todo con un gusto delicado y maravilloso.


 

Tapas y finger food



La familia Bonarelli

Por lo demás, La Gran Cata es muy divertida; es un elegante evento social al que asiste la alta sociedad dominicana y en donde se respiran hedonismo y pasión por el vino en cada esquina del lugar. Tuve la fortuna de asistir este año y puedo asegurar que no hay otro evento así en la región. ¡Muy recomendado! Vale toda la pena del mundo hacer el viaje, la verdad es que nunca he visto tantas etiquetas prestigiosas abiertas en un mismo recinto y disponibles para probar a mi antojo.


El próximo año repito. Además, Santo Domingo es una ciudad increíble con una oferta gastronómica súper interesante y con una oferta de vinos que supera con bastante ventaja a la que tenemos en Colombia u otros países de la región. Para hospedarse está el JW Marriot, cadena que sabe siempre cumplir su promesa de valor: excelente servicio y un lujo discreto pero delicioso.









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