Bogotá, Colombia /
Hay vinos que uno sabe que están por ahí, que se ven en las listas de precios de los importadores y que uno se imagina que si están ahí es por algo; sin embargo, no llega uno nunca a probarlos. Hasta que un día, los ponen por ahí de maridaje en un evento y queda uno prendado. Me pasó esto con Arnaldo Caprai Montefalco Rosso, de la región de Umbría al centro de Italia; un sangiovese con 15% de sagrantino, cepa autóctona de esta región, que hace que este vino literalmente vibre en la boca. Es muy fresco en boca y tiene doce meses de una crianza en roble francés que, casi no se le nota por la increíble potencia de la uva.
Lo importa a Colombia: @kava.terroir
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