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- Lúpulo y Cebada Beer Garden
Soy amante de la arquitectura y el sábado pasado me fui a recorrer la Universidad Nacional para deleitarme con las obras magnificas de la corriente moderna bogotana. Saliendo de ahí, crucé el puente de la 30 con 45 para luego aventurarme por el Park Way. Llevaba largo rato caminando y me atacó una sed de esas que solo la cerveza puede calmar. Por fortuna mía, me topé sin buscarlo o planearlo con lo más parecido al paraíso de la cerveza: Lúpulo y Cebada. Un mágico lugar lleno de neveras, que a su vez están llenas de cervezas heladas. Para acompañar, ofrecen salchichas alemanas con mostaza y otras delicias que es mejor que vaya usted mismo a probar. @lupuloycebada.beergarden
- Cartagena ATV, un proveedor de divertidos paseos en cuatrimoto por las playas de Manzanillo del Mar
Foto: Playa Icaco. Cartagena, Colombia. Este atardecer tan maravilloso me lo topé en la Playa Icaco, en Manzanillo del Mar, a pocos kilómetros de Cartagena. Una tarde de domingo, nos alquilamos unas cuatrimotos con la gente de Cartagena ATV, con quienes nos fuimos a pasear por playas que uno ni sabe que existen tan cerca de Cartagena. Definitivamente, una experiencia maravillosa que hace que uno ame un poquito más a Colombia. Para mayor información y reservar un paseo en cuatrimoto, visite en Instagram: @cartagena_atv.
- Vips Boutique
Hay un lugar al que no sé si amo u odio ir. Se trata de VIPS Boutique en el Centro Comercial Andino. Es mi templo de la perdición, venden todo lo que a mi me gusta: puros, destilados, vinos, chocolates finos, diversidad de aguas especiales, encendedores Zippo, licoreras de bolsillo para llevar el "whisikisito" a los conciertos de la Sinfónica Nacional de Colombia. En fin... no paro de ser feliz en ese lugar. Y para terminar de completar, en la foto, Slyrrs un single malt alemán, añejado en barricas de ron, que venden ellos en exclusiva para Colombia. Por favor no deje de visitar este mágico lugar. @vips_boutique
- Restaurante Ideal
@ideal_bog Estuve en Ideal, un sitio de comida americana moderna de los mismos gestores de La Pinta, en Chapinero alto. Me atraparon con el ambiente: una fachada totalmente abierta que hace que uno no sepa si está afuera o adentro. Luego, la comida es como todo lo americano, bien contundente y lleno de sabor. La decoración, fresca y clara, como que invita a tomar vino y demorarse. Un lugar que sin duda dan ganas de repetir mil veces, además por su prodigiosa ubicación en la Calle 80 con Carrera 8; cerca de todo, pero al mismo tiempo alejado del mundanal ruido de otras calles de restaurantes de la zona. ¡Importante! hay valet parking. En la foto, un rigatoni picante con salsa pomodoro que me sorprendió por el punto de cocción de la pasta: un “al dente” que hace que uno entienda bien, por que es que la pasta toca comérsela así. El sitio no es caro, pero tampoco barato. Estime unos $130 mil pesos por persona, si pidió vino (eso sí, el más barato de la carta).
- Ocho emprendimientos de productos ‘gourmet’ para consumir en casa
Una invitación a descubrir nuevas experiencias culinarias: desde coctelería molecular hasta hummus. Artículo escrito para El tiempo el 1 de mayo de 2021 Puedes leerlo haciendo click en el siguiente enlace. Lee el artículo aquí
- Photo album: edificaciones
Para mi viajar es sinónimo de caminar. Camino buscando cosas para ver y para probar y una de las que más disfruto es la arquitectura. Puedo pasar días enteros recorriendo un lugar, por lo general a pie y con la camara en la mano, lista para capturar -sobre todo- edificios desvenciajados que algun vez fueron nuevos y majetuosos. Acá una breve selección de algunos que merecieron más de una mirada. Zona colonial Santo Domingo, República Dominicana. Centro de Lisboa en Portugal. Honda, Tolima en Colombia. Narbonne en el sur de Francia. Universidad Nacional en Bogotá. Centro en ciudad de México. Calle del Sol, La Candelaria en Bogotá. Upper East Side de Manhattan en Nueva York. Centro de Frankfurt en Alemanía. Ribera del Duero en España. Iguazú en Argentina. Mendoza en Argentina. Lubeck en Alemania. José Ignacio en Uruguay.
- Photo album: Paris
París, Francia. Estuve por París, íngrima sola como cuatro días, recorriendo calles sin ruta preestablecida. Me fui solo con algunos sitios anotados para visitar, entre ellos la tienda de quesos Barthélemy, que recomendó una vez el chef Francis Mallmann en uno de sus programas. Lo demás fue apareciendo a medida que caminaba y fue uno de esos viajes que quisiera repetir: sin agenda, sin acompañantes, si expectativas, con mi Olympus y unas Dr. Martens para asegurar unas buenas horas de infantería. The Ritz Rue de Rivoli Rolls Royce Barthélemy Le Maroc Maxim's Los creyentes La torre Concierto en La Madeleine Exposición de tapetes persa Champ de Mars Tú haces que viva mi corazón Georges Pompidou
- Mis seis vinos del mes
Punta Cana, República Dominicana. Un mes de novedades. Etiquetas que nunca había probado o que no recuerdo haberlo hecho. En especial, una muy famosa con la cual me dije - pero, ¿cómo es que no había hecho la tarea de hacerme a este vino?-. Ni modos, así es la vida, en casa de herrero… Lo bueno es que como sommelier profesional mi búsqueda no se detiene y es una actividad que seguro voy a poder hacer hasta que me muera. Algo que no podría decir, por ejemplo, un tenista profesional. Eso me reconforta. 6. 2017 Oremus Tokaji Aszú 3 Puttonyos, Tokaj, Hungría Basta solo este vino para hacer de Hungría uno de los íconos enológicos del planeta. Oremus es el nombre de la bodega; Tokaji Aszú, el estilo; 3 puttonyos, el grado de azúcar residual (hay hasta 6 y luego está el esencia, que sería el más dulce y costoso de todos) y Tokaj, la zona donde se produce. Es un vino dulce que se hace a partir de uvas deshidratadas a causa de un hongo. Sabe a miel y jengibre, pero a la vez es super mineral y refrescante. Lo suelen servir para el postre en menús de degustación de alto nivel, pero a mí me encantó tomármelo solito y frio mientras pensaba pensamientos. En dominicana se consigue con La Bodega o Spot 21 . En Colombia lo tiene -de vez en cuando-, Global Wine . 5. 2022 El Porrón de Lara, Vino de la Tierra de Castilla, España Dice la contra etiqueta: “vino natural, sin clarificar, sin filtrar, sin sulfitos añadidos. Vino ecológico. Vino biodinámico”. Música para mis oídos. Todas esas palabras representan al vino que me quiero beber. Un producto con la mínima intervención del hombre, léase: la menor cantidad de agroquímicos y sustancias añadidas para embellecer un líquido que por sus propios medios no lograría sobresalir. ¡Qué viva la belleza natural con todo y sus imperfecciones! Lo hace la bodega Torremilanos en la Ribera del Duero, España. En Dominicana se consigue con Sembra . En Colombia, los representa Vinos Buenvivir . 4. 2023 Zarate Albariño, Val do Salnes, Rias Baixas, DO Galicia, España Acá la diferencia con la enorme cantidad de Albariños que hay en el mercado -se puso de moda y ahora pulula en cartas de restaurantes y tiendas de vino-, se llama viñas viejas. Zarate es una bodega familiar de más de cuatrocientos años, pioneros en la elaboración de esta cepa en modo monovarietal. Tienen viñedos de ciento cincuenta años, otros de cincuenta y para este Zarate, que es el hermanito menor de la familia, utilizan uvas de uno de treinta y cinco. La edad hace toda la diferencia; es un albariño más concentrado, más untuoso y naturalmente ácido, así como eran esos que se tomaban por allá a finales de los noventa, antes de que se volvieran famosos y se apresurase su producción. Y si este es el hermano menor, imagínese como estará El Pomar, la joya de la familia. A Dominicana lo trae Sembra . A Colombia lo lleva Viñas Boutique. 3. 2020 Tignanello, Toscana, Italia Se merece la buena fama que tiene y el precio que piden por él. Es un tinto requeté toscano, de cuerpo medio, acidez alta y tanino presente pero que no predomina. Es complejo, ofrece mil capas y va cambiando rápidamente en la copa a medida que va respirando. De todo lo que le sentí, resalto una nota terrosa que me encantó. No es un vino para grandes cortes de res marmoleados ni nada de eso; es más bien un vino para carnes blancas estofadas con hongos, trufas y productos de la tierra. Delicioso, memorable. Espero poder volverlo a tomar. Y para los que no lo sabían, este vino no cuenta con una denominación legal, como DOC o DOCG, debido a que las cepas que se emplean en su elaboración no son las autorizadas por el ente regulador de la Toscana. Estos vinos, de los cuales se hacen muchos en esta región, se conocen como “súper toscanos”. A Dominicana lo trae El Catador . A Colombia no llega, pero Maestri Milano , tiene unos buenos súper toscanos. 2. 2021 Far Niente, Napa Valley, California, EEUU Casí lo pongo de número uno. ¡Qué vinazo! Y, lo puedo decir con toda tranquilidad ya que lo probé en un evento de vinos de lujo en Santo Domingo, en el que sirvieron todo lo más top de unas treinta bodegas. Este vino se llevó toda mi atención; con un solo sorbo quedé convencida de su magnífico comportamiento en copa. A pesar de sus 14,5 grados del alcohol, es un vino mega equilibrado, que no lastima y que por el contrario baja como un bálsamo restaurador por la garganta. Esta bodega fue fundada en 1885 y su esencia es la hacer vinos al estilo francés, respetando el correcto nivel de azúcar residual y sin querer volverse lo que no es para aumentar su número de fans. Si fuera una persona, la amaría por digna y rebelde. A Dominicana lo trae El Catador . En Colombia desafortunadamente no se consigue. 1. 2021 Finca La Habanera, DO Valle de la Orotava, España Novedad total no solo por ser el primer vino que tomo de las Islas Canarias sino por la cepa, listán negro, que tampoco la conocía. ¿Qué puedo decir de este vino que me enamoró? Que tomárnoslo nos hizo bien; nos pusimos felices, la conversación se animó, la sensibilidad se amplió, el optimismo se incrementó. La noche la pasamos plácida, sin los desvelos del alcohol mal logrado y al otro día todavía recordábamos esa sedosidad que es solo posible con viñedos muy viejos como los de Auratava: centenarios y prefiloxéricos, que crecen sobre un suelo volcánico y mineral. Uno de esos vinos de los que se hacen poquísimas botellas y que llevan en cada una todo el compromiso y el fervor de una familia que hace vino desde siempre. En dominicana se consigue con Sembra . A Colombia no llega, pero por favor que no tarde.
- Mis seis vinos del mes
Punta Cana, República Dominicana. La temporada de fin de año la pasé en varios lugares: Bogotá, Samaná, Santo Domingo y Punta Cana. Tomé vino en todos estos destinos y acá les dejó lo que más me sorprendió durante una época en la que uno por lo general está comiendo y bebiendo muy bien. Viendo mi lista, la cual guarda cierta homogeneidad con las de los demás meses del 2024, concluyo varias cosas: 1. Me reconcilié con California. 2. Sigo amando las burbujas. 3. Parece que me pasé del todo del vino blanco al tinto; algo que me tiene aterrada y que solo se explica porque ahora vivo al nivel del mar. Los tintos que en Bogotá no me entraban por rudos y cerrados, acá parecen hechos de seda. Una maravilla. Que se venga un 2025 con más paradigmas por cambiar. 6. Marchesi di Barolo Chinato, Piemonte, Italia Este es un vino fortificado y aromatizado, elaborado a partir de Barolo DOCG en la región de Piamonte. Es un precioso líquido fluido de color granate -menos denso y concentrado que un oporto Ruby-, que se suele servir como aperitivo o digestivo. En boca se sienten las especias y las raíces amargas con las que es macerado y que le dan esa nota “medicinal” que es perfecta para cerrar una cena pesada. Es casi como un delicioso remedio. Me encanta servirlo con una mini tablita de queso azul y trozos de chocolate amargo. Uva: nebbiolo. En Dominicana se consigue con La Bodega (@labodegard). A Colombia no llega, pero para otras maravillas de esta bodega contáctese con Clos (@closvinos). 5. 2021 Ochoa La Foto de 1938 Crianza, DO Navarra, España Esta belleza me la sirvieron en el nuevo restaurante francés del Grupo Takami en Bogotá. No puedo pensar en un vino más perfecto para tomar en un restaurante. Tiene cuerpo, fruta y presencia, sin ser muy concentrado. Está listo para beber apenas se abre y como baja suave, se puede pedir para maridar gran cantidad de platos. Es un vino maravilloso para compartir, regalar (porque sí que tiene estilo) y para beber en casa como vino de todos los días. Y es que Navarra tiene eso: unos vinazos que se paran en medio de la elegancia riojana y la potencia de la Ribera del Duero. En cuanto a la bodega, es de esas que no tiene ni un vino malo. Vale mucho la pena probar el rosado. Uvas: tempranillo, graciano y merlot. En dominicana se consigue en Cava Alta (@cavaalta). En Colombia con Clos (@closvinos). 4. 2022 Far Niente Chardonnay, Napa Valley, Estados Unidos Este vino me hizo cambiar un paradigma. Peleé durante años con el chardonnay de California porque me molestaba mucho el exceso de madera y el elevado nivel de azúcar residual que suelen tener. Y como cada vez que me aventuraba a pedir uno me salía así, decidí olvidarme de ellos para siempre. Hasta que un día me salió en un menú de maridaje y no lo pude evitar. Al probarlo entendí por qué Napa Valley está tan bien posicionado en el mundo. El vino sí tiene madera, pero solo la necesaria y sin ser goloso, es un vino frutal con recuerdos a miel de abejas que cortan muy bien con su refrescante carga cítrica. Realmente placentero. Uva: chardonnay. En Dominicana se consigue con El Catador (@loscatadores). A Colombia no llega, pero para grandes vinos de California hablar con 90 Puntos (@90puntoswines). 3. 2020 Pago Florentino Cosecha, DOP Vino de Pago, España Este es el vino que estoy tomando en la casa. Es simplemente espectacular. Ofrece el balance perfecto de acuerdo con mis preferencias: super seco, con buen balance de fruta y madera, alcohol controlado, cuerpo medio, buena acidez y tanino redondo. Además, va bien con muchos platos, algo que para alguien que cocina todas las noches es fundamental. Otra cosa que me encanta es que es ecológico y ahora más que nunca sí que me estoy fijando en eso. Uva: cencibel. En Dominicana se consigue con El Catador (@loscatadores). A Colombia no llega, pero para grandes vinos de España hablar con Clos (@closvinos). 2. Barollo Prosecco di Treviso DOC, Italia Este vino es el culpable que de que ahora ame el prosecco y lo prefiera por encima de un cava. Es seco, frutal, mega refrescante y con una efervescencia deliciosa que sirve tanto para abrir el apetito como para acompañar platos de diversas intensidades. En una ocasión lo tomamos con una parrillada de mariscos al carbón y la verdad que fue magistral; otra vez y sin planearlo, acompañó unas berenjenas a la parmesana y también fue maravilloso. Es hoy en día mi prosecco favorito. Uva: glera. En dominicana se consigue con Señor Vino (@senorvinord). A Colombia lo lleva Novili (@novili.brindamosjuntos). 1. Billecart-Salmon Brut Blanc de Blancs, AOC Champagne Grand Cru, Francia Grand Cru es la clasificación de calidad más alta dentro de la región de la champaña. Poder ostentar esa leyenda en la etiqueta quiere decir que es un vino hecho en los mejores viñedos de la zona y bajo los más altos estándares de producción. No en vano tan solo el 5% del total de la superficie plantada de la Champagne, cuenta con esta distinción. En el mercado hay muchas champañas y es probable que uno se haya hecho a una idea de este producto con las etiquetas equivocadas. Así que si de verdad quiere saber por qué es tan famosa y costosa esta bebida, es recomendable que cate una de esta categoría. Por la frescura, la elegancia, las delicadísimas notas que deja el proceso de autolisis en el líquido y por sus interminables burbujas, vale toda la pena del mundo hacer el esfuercito. Uva: chardonnay. En Dominicana se consigue en El Catador (@loscatadores). A Colombia no creo que estén llegando champañas Grand Cru, pero sí varias Blanc de Blancs y de muy buena categoría.
- Photo album: Berlín
Berlín, Alemania. Pocas ciudades en el mundo tan inquietantes como esta. Capitalistas y comunistas se la repartieron durante más de treinta años, reconstruyéndola cada cual a su manera después de la ruina en la que la dejó la segunda guerra. El resultado, una mezcla de dos expresiones diametralmente distintas donde la una, totalmente contenida y austera, respira Rusia por todos lados, mientras la otra, histriónica y elocuente, se asegura de dejar claro el postulado de libertad que le dejó occidente. Un sabor tan familiar que, llegué a pensar que Bogotá alguna vez se quiso parecer a ella y casi lo logra.














