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Mis seis vinos del mes

Punta Cana, República Dominicana. La temporada de fin de año la pasé en varios lugares: Bogotá, Samaná, Santo Domingo y Punta Cana. Tomé vino en todos estos destinos y acá les dejó lo que más me sorprendió durante una época en la que uno por lo general está comiendo y bebiendo muy bien. Viendo mi lista, la cual guarda cierta homogeneidad con las de los demás meses del 2024, concluyo varias cosas: 1. Me reconcilié con California. 2. Sigo amando las burbujas. 3. Parece que me pasé del todo del vino blanco al tinto; algo que me tiene aterrada y que solo se explica porque ahora vivo al nivel del mar. Los tintos que en Bogotá no me entraban por rudos y cerrados, acá parecen hechos de seda. Una maravilla. Que se venga un 2025 con más paradigmas por cambiar.

 

6. Marchesi di Barolo Chinato, Piemonte, Italia


Este es un vino fortificado y aromatizado, elaborado a partir de Barolo DOCG en la región de Piamonte. Es un precioso líquido fluido de color granate -menos denso y concentrado que un oporto Ruby-, que se suele servir como aperitivo o digestivo. En boca se sienten las especias y las raíces amargas con las que es macerado y que le dan esa nota “medicinal” que es perfecta para cerrar una cena pesada. Es casi como un delicioso remedio. Me encanta servirlo con una mini tablita de queso azul y trozos de chocolate amargo. Uva: nebbiolo.


En Dominicana se consigue con La Bodega (@labodegard). A Colombia no llega, pero para otras maravillas de esta bodega contáctese con Clos (@closvinos).


 

5. 2021 Ochoa La Foto de 1938 Crianza, DO Navarra, España


Esta belleza me la sirvieron en el nuevo restaurante francés del Grupo Takami en Bogotá. No puedo pensar en un vino más perfecto para tomar en un restaurante. Tiene cuerpo, fruta y presencia, sin ser muy concentrado. Está listo para beber apenas se abre y como baja suave, se puede pedir para maridar gran cantidad de platos. Es un vino maravilloso para compartir, regalar (porque sí que tiene estilo) y para beber en casa como vino de todos los días. Y es que Navarra tiene eso: unos vinazos que se paran en medio de la elegancia riojana y la potencia de la Ribera del Duero. En cuanto a la bodega, es de esas que no tiene ni un vino malo. Vale mucho la pena probar el rosado. Uvas: tempranillo, graciano y merlot.


En dominicana se consigue en Cava Alta (@cavaalta). En Colombia con Clos (@closvinos).

 

4. 2022 Far Niente Chardonnay, Napa Valley, Estados Unidos


Este vino me hizo cambiar un paradigma. Peleé durante años con el chardonnay de California porque me molestaba mucho el exceso de madera y el elevado nivel de azúcar residual que suelen tener. Y como cada vez que me aventuraba a pedir uno me salía así, decidí olvidarme de ellos para siempre. Hasta que un día me salió en un menú de maridaje y no lo pude evitar. Al probarlo entendí por qué Napa Valley está tan bien posicionado en el mundo. El vino sí tiene madera, pero solo la necesaria y sin ser goloso, es un vino frutal con recuerdos a miel de abejas que cortan muy bien con su refrescante carga cítrica. Realmente placentero. Uva: chardonnay.


En Dominicana se consigue con El Catador (@loscatadores). A Colombia no llega, pero para grandes vinos de California hablar con 90 Puntos (@90puntoswines).

 

3. 2020 Pago Florentino Cosecha, DOP Vino de Pago, España


Este es el vino que estoy tomando en la casa. Es simplemente espectacular. Ofrece el balance perfecto de acuerdo con mis preferencias: super seco, con buen balance de fruta y madera, alcohol controlado, cuerpo medio, buena acidez y tanino redondo. Además, va bien con muchos platos, algo que para alguien que cocina todas las noches es fundamental. Otra cosa que me encanta es que es ecológico y ahora más que nunca sí que me estoy fijando en eso. Uva: cencibel.


En Dominicana se consigue con El Catador (@loscatadores). A Colombia no llega, pero para grandes vinos de España hablar con Clos (@closvinos).

 

2. Barollo Prosecco di Treviso DOC, Italia


Este vino es el culpable que de que ahora ame el prosecco y lo prefiera por encima de un cava. Es seco, frutal, mega refrescante y con una efervescencia deliciosa que sirve tanto para abrir el apetito como para acompañar platos de diversas intensidades. En una ocasión lo tomamos con una parrillada de mariscos al carbón y la verdad que fue magistral; otra vez y sin planearlo, acompañó unas berenjenas a la parmesana y también fue maravilloso. Es hoy en día mi prosecco favorito. Uva: glera.


En dominicana se consigue con Señor Vino (@senorvinord). A Colombia lo lleva Novili (@novili.brindamosjuntos).

 

1. Billecart-Salmon Brut Blanc de Blancs, AOC Champagne Grand Cru, Francia


Grand Cru es la clasificación de calidad más alta dentro de la región de la champaña. Poder ostentar esa leyenda en la etiqueta quiere decir que es un vino hecho en los mejores viñedos de la zona y bajo los más altos estándares de producción. No en vano tan solo el 5% del total de la superficie plantada de la Champagne, cuenta con esta distinción. En el mercado hay muchas champañas y es probable que uno se haya hecho a una idea de este producto con las etiquetas equivocadas. Así que si de verdad quiere saber por qué es tan famosa y costosa esta bebida, es recomendable que cate una de esta categoría. Por la frescura, la elegancia, las delicadísimas notas que deja el proceso de autolisis en el líquido y por sus interminables burbujas, vale toda la pena del mundo hacer el esfuercito. Uva: chardonnay.


En Dominicana se consigue en El Catador (@loscatadores). A Colombia no creo que estén llegando champañas Grand Cru, pero sí varias Blanc de Blancs y de muy buena categoría.



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