Paris, Francia
Así se vivió el Master Class que tomé en Paris, dirigido por la enóloga francesa Anne-Marie Chabbert (@annemarie.chabbert), especialista en la apelación de origen Champagne. Durante la clase catamos algunos ejemplares de las distintas zonas de producción: Montaigne de Reims, zona de uvas blancas y tintas; Vallée de La Marne, especialista en uvas tintas; Côte des Blancs y Côte Sézanne, las reinas del chardonnay y Côte des bar, la zona insigne del pinot noir.
Otro tema muy interesante en el que profundizamos fue en el aspecto comercial de esta mítica bebida la cual se produce en 341 poblaciones o “villages” a lo largo de la región y de las cuales 17 están catalogadas como Grand Cru (primer nivel en calidad) y 41 como Premier Cru (segundo nivel en calidad). La región suma treinta mil hectáreas plantadas y una producción anual de 300 millones de botellas de las cuales al menos el 10% estarían a título de la marca Moet & Chandon. Esto, en cifras vitivinícolas es enorme y como es de esperarse muchas marcas han sacrificado calidad por cantidad. La buena noticia es que todavía hay un buen puñado de productores más rebeldes y disruptivos que se han mantenido fieles a sus prácticas ancestrales y a las bajas producciones, haciendo champañas realmente espectaculares. Tal es el caso de Anselm Selosse, enólogo de la bodega Jaques Selosse, que elabora sus burbujas empleando el método de solera (el mismo con el que se elabora el jerez en Andalucía), y fermentándolas en barricas de roble francés. El resultado, notas oxidativas que recuerdan al jerez y una complejidad en boca que las hace perfectas para disfrutar con platos tan contundentes como estofados y casquería.
Gracias. ¡Fue un honor absoluto haber sido entrenada por Anne-Marie!
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